Entre las más de 600 escuelas que cuentan con comedor escolar en Tucumán, el secretario de Articulación Territorial y Desarrollo Local, Francisco Navarro, visitó la Escuela n° 10, Claudio Vélez de Cano, ubicada en la localidad de Amaicha, para inaugurar formalmente el comedor escolar de verano, una continuación del proceso anual.
Se trata de un proceso articulado con el área de Educación para garantizar la continuidad de la seguridad alimentaria a los 260 alumnos de la escuela y sus familias, en el marco de las políticas que llevan adelante el el ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin y el gobernador Juan Manzur.
En cuanto a lo estrictamente educativo, y adaptándose a las herramientas de conectividad de cada niño y niña, las clases se cumplieron gracias al ingenio del cuerpo docente y la predisposición de las autoridades que recurrieron a la radio comunitaria del lugar. Sí, desde allí, todos los días por espacio de una hora y media, se dictaron las clases
Acompañó la supervisora del área del Ministerio de Educación, Fabiana Teves.
Al respecto, Navarro indicó que “por decisión del gobernador Juan Manzur y del ministro Gabriel Yedlin, por quinto año consecutivo se concretó la apertura de los comedores escolares de verano”. La política pública abarca a 600 escuelas, 100 mil niños y niñas, y representa una inversión cercana a los 140 millones de pesos.
“Con mucha alegría en Amaicha, con Miriam, un ejemplo de docente comprometida, contándonos como atravesó el 2020 mediante la estrategia de las clases radiales, lo que demuestra la importancia de la democratización de los medios de comunicación. Poder dar esta noticia nos llena de satisfacción”, resaltó.
En representación de la escuela y de su director, Juan Carlos Ale, estuvo Miriam, docente y pilar fundamental de la institución. Agradecida por la visita de los funcionarios para la apertura del comedor de verano, comentó que “la escuela cuenta con comedor todo el año. Lo mantenemos por la situación que vive cada familia”.
Respecto del dictado de clases, explicó que surgió a raíz de que no todos contaban con los recursos de conectividad necesarios para realizar otra modalidad.
“Para ejecutarlo, acordamos con las familias del comedor, como así también establecimos juntos los horarios. Desde abril comenzamos con alguna que otra duda porque el mundo de la radio era nuevo para nosotras que somos docentes, pero terminó siendo un excelente logro”, celebró.
Finalmente, manifestó que mediante el comedor lograron no cortar el vínculo con las familias y estar al tanto de las necesidades de los chicos.
Por su parte, Guadalupe y Andrea, madres de alumnas y colaboradoras del comedor, comentaron que se sumaron desde el comienzo de la pandemia, que trastocó los planes y dificultó la asistencia de algunas cocineras. “Esto es para que los niños tengan la comida del día. El comedor no cerró ni los feriados”, dijeron.
Para concluir, subrayaron que “se cubrieron las necesidades de cada padre. También se asistió a gente adulta que, pese a no tener niños en la escuela, recibió un plato de comida”.