La obra pública y el control de los precios de los alimentos marcan el camino para bajar la pobreza

El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin afirmó que el camino para bajar la pobreza, es el avance de la obra pública y el control de precios de los alimentos.

En una entrevista en el programa Buen Día América, Yedlin explicó que “la pobreza se mide por ingreso, es decir, cuánto dinero le entra a una familia tipo, en contraposición a cuánto cuesta una canasta básica de alimentos”,

“Necesitamos que haya más trabajo, la pandemia ha generado un parte importante pero la inflación en alimentos ha sido brutal”, advirtió.

Remarcó la importancia del control de precios, no solo por parte del Estado.  “El Estado se tienen que imbuir y lo vine intentando, el presidente Alberto Fernández habló de los precios cuidados, y se reunió con empresarios. En la medida que haya menos trabajo, y los precios de alimentos suba, el índice de pobreza seguirá creciendo”.

Señaló que ”en Tucumán hay un tema estructural que lleva muchos años; desde el cierre de los ingenios hasta ahora, aumentó la pobreza independientemente de los gobiernos”.

No obstante, expresó que “en el periodo de Néstor y Cristina hubo un momento que la pobreza se redujo, con más distribución de ingresos, como cuando salió la Asignación Universal por Hijo y los salarios le ganaban a la inflación pero en líneas generales es necesario más trabajo genuino, emprendimientos e inversiones públicas y privadas”.

Aun así, explicó que “eso va cambiar en las próximas mediciones, merced a la reactivación de la obra pública”.

Sobre el Ministerio, Yedlin manifestó que “tiene la función de cuidar y la realiza a través de distintas estrategias de cuidado, como la Tarjeta Alimentaria, de la que en Tucumán hay 75 mil familias que reciben este beneficio para que puedan comprar alimentos”.

Además, enumeró que “trabajamos con más de 120 cocinas comunitarias, y con los comedores escolares estamos en cerca de 1000 escuelas con 300 mil chicos que les llega la asistencia alimentaria de manera ordenada y planificada”.

Agregó que “trabajamos con los grupos vulnerables de mujeres con el tema de violencia, también con niñez en los institutos, con discapacidad intentando articular ahora que salen pensiones de nuevo, pero siempre será sobre el tema de cuidado”.

La salida, el trabajo

Yedlin aseguró que “la salida de la pobreza tiene que ser con el trabajo y a partir del Potenciar Trabajo, vamos virando de programas sociales a programas de trabajo”.

No obstante, expuso que “el grueso de la salida de la pobreza no va a depender de las actividades de un ministerio de Desarrollo Social, sino de que haya trabajo genuino, que se instale y posibilite a los grupos vulnerables tener trabajo y con el ingreso de dinero, a las familias les alcance para vivir, crecer, comer, etcétera”.

“Entendemos que el cuidado también es un trabajo, que a veces no se lo valora, pero cuidar a una persona con discapacidad o a un adulto mayor es un trabajo que tiene que ver con una perspectiva de género que muchas veces no se tuvo en cuenta”, amplió.

En esa línea, contó que “desde el programa Ellas Hacen (hoy Potenciar Trabajo) hay cerca de 500 mujeres que trabajan cocinando en los comedores escolares o cocinas comunitarias”.

Agregó que “otras trabajaron en cuidados de primera infancia, y han ayudado en los en los institutos cuando el personal de más de 60 años tuvo que permanecer aislado o se enfermaron”.

Añadió que “otro grupo grande trabajó recorriendo los barrios para buscar los adultos mayores que quedaron aislados”.

Empero, aclaró que esos casos fueron el año pasado, durante el pico de la pandemia. “Este año, los titulares de programas ayudan a acondicionar las escuelas”, destacó.

Por otro lado, enfatizó que “será vital la obra pública, como la que gestionó el gobernador Juan Manzur, por sus vínculos con la Nación”.

Especificó que “la Nación, en su manera de pensar, ha puesto más presupuesto en obra pública que en pagar deuda externa y uno ve claramente la diferencia”.

Detalló que “en Tucumán construirán 3.600 viviendas, terrenos más servicios, puentes y rutas” y aclaró que “del Ministerio de Desarrollo Social, dependerán la urbanización de barrios populares, la construcción de 20 Centros de Desarrollo Infantil para la primera infancia, un hogar con internación para personas con discapacidades severas dependientes y un refugio para la mujer”.

Aseguro que “esas obras, por más que las hagan empresas, por pliego y por decisión del Gobierno Nacional, van a tener un 25 por ciento de trabajadores que serán de los grupos sociales o de cooperativas que se van a sumar y a incrementar el ingreso”.

Recordó que “anteriormente, al que conseguía un trabajo y tenía un plan, éste se le caía, y hoy está esa posibilidad concreta. Si les surge trabajo en lo que fuera, puede aceptarlo”.

Asimismo, ejemplificó con el caso de las cuidadoras. “Las hemos vinculado con las obras sociales, el PAMI o prepagas”.

Sobre la continuidad de las acciones en relación de la pandemia, indicó que “entre los gobernadores, Manzur debe ser el que más experiencia tiene como sanitarista, por su formación y por haber sido ministro de Salud de la Nación en otra epidemia”.

Ante el anuncio de eventuales medidas, manifestó que “estamos preocupados por un tema que es mundial: toque de queda en Chile o cierre de actividades en Francia e Inglaterra; no es un tema de falta de libertades locales, apelamos desde hace un tiempo a la responsabilidad individual”.

Reveló que  “La ministra (Rossana) Chahla contaba que conocidos le mandaban fotos de fiestas con muchas personas; está mal el que organiza la reunión pero también están mal los que van”.

Dijo que “el que abrió un salón de fiestas se comprometió a seguir un protocolo” y aseguró que “la mayor cantidad de enfermos son jóvenes que regresaron de sus viajes de egresados o fiestas y claramente algunas medidas hay que tomar”.

“Los responsables en hotelería y gastronomía tienen que ser los primeros interesados en que se cumplan las normas dentro de sus instituciones para que puedan continuar”, subrayó.

Por otro lado, aseveró que “no me parece que las dificultades estén en la escuela, puesto que es un lugar cuidado. Funcionan bajo el sistema de burbujas y menos del uno por ciento tuvieron alguna dificultad y cuando epidemiológicamente estudiaron los casos no se infectaron en la escuela sino en reuniones sociales”.

Sostuvo que “la escuela es un lugar donde se cumplen los protocolos y es seguro. Las clases se están dando de manera presencial y remota”.

“Hay que entender lo que está pasando, en un mundo que está muy complicado y tenemos todos que cuidarnos”, concluyó.

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