El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, junto al director de Juventud, Cristian Arroyo, y al subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Juan Emdan, participó de una videconferencia por conmemorarse un año de implementación en la Provincia del Programa de Acompañamiento para el Egreso de jóvenes sin cuidados parentales (PAE).
Además, participaron virtualmente, la legisladora y ex secretaria de NAF, Sandra Tirado, Matias Albarracin, coordinador del Programa en la Dirección de Juventud, Ezequiel Trigo, a cargo del Programa Nacional de Promoción y Protección de Derechos de SENAF, Tatiana Lustig Da Silva, integrante de Guía Egreso, Mily Aybar (egresada del Hogar Santa María Goretti), y Agustín Albarracín, quien recibió su tarjeta de cobro por ser nuevo integrante del programa.
Al respecto, el ministro expresó: “La verdad que estamos muy contentos de cumplir un año del programa PAE, que ayuda a nuestros adolescentes sin cuidados parentales a prepararse para la vida adulta. En nuestro Ministerio contamos con un sistema proteccional, conformado por instituciones que cuidan a este grupo vulnerable”.
“Como siempre digo, detrás de cada persona hay diferentes historias, con sus matices y complejidades, en donde la justicia determinó que el Estado los cuide, mientras trabaja con las familias para que puedan volver a estar juntos, o buscan alternativas si esto no es viable, y es en esa etapa donde nuestro Ministerio se encarga de acompañarlos, y puntualmente este programa, lo hace en la etapa del paso a la autonomía adulta”, añadió el funcionario.
Por su parte, Arroyo agregó: “Hoy cumplimos un año de la implementación del PAE en la Provincia, que está orientado a acompañar a los jóvenes cuando egresan de nuestras instituciones de cuidado integral. Esta es una etapa muy importante para ellos, y es fundamental ayudar a que tengan las mismas oportunidades que cualquier otro joven”.
El programa nacional, impulsado en Tucumán por la cartera social, a través de la gestión del gobernador Juan Manzur, ayuda a jóvenes de entre 13 y 21 años que viven en hogares convivenciales, sin el cuidado de sus familias, y que tienen el derecho a construir sus propios proyectos en igualdad de oportunidades, por eso el Estado los acompaña para que puedan desarrollarse con autonomía en su vida adulta.
