Fabiana Tula, con una vida de superación y aprendizaje, cuidará a niños vulnerables

Fabiana Tula vive en San Cayetano con su familia. Forma parte del grupo de mujeres que a través del programa Ellas Hacen (hoy Potenciar Trabajo), pudieron alcanzar la terminalidad educativa.

Desde hoy, será una de las colaboradoras del dispositivo de aislamiento preventivo de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social a cargo de Gabriel Yedlin.

Fabiana no escatimó esfuerzos en estos años. Se sintió acompañada por el Estado, puso empeño y logró objetivos altos, como terminar la escuela secundaria.

No fue sencillo. Ningún objetivo importante lo es. Pero apostó por ella misma y entendió lo importante de tener oportunidades de formación y trabajo.

El sofisma de la meritocracia no nubla la visión y el pensamiento de las personas en situación de  vulnerabilidad. Saben de la importancia de estar acompañados, de recibir el impulso para caminar sobre senderos firmes.

Y fue el caso de Fabiana, que cuenta brevemente su historia:

“Desde 2001 fui pasando por distintos programas hasta llegar al Ellas Hacen”, expresa.

Consciente de sus logros, Fabiana reseña que “con la ayuda del programa, pude terminar mi escuela secundaria y capacitarme en cuidados de primera infancia”.

Sin embargo, amplió su expertise: “En la escuela también aprendí tejido y corte, pude aprovechar las oportunidades que el programa me dio”.

Con más especificidad, contó que participó de capacitaciones en los Talleres Protegidos  y  en la escuela Enrique Mosconi de San Cayetano.

Ese cúmulo de actividades le permitió acceder a esta posibilidad de demostrar lo aprendido en el dispositivo de aislamiento preventivo que habilitó el Estado para niños que, en este contexto de pandemia, deben permanecer aislados durante 15 días antes de ser derivados al hogar que fueran derivados.

“Estoy ansiosa por empezar esta nueva etapa y tener éxito”, exclama confiada y reconoce el papel del Estado en su proceso de capacitación: “Sin el acompañamiento del Ministerio y del programa, no hubiera llegado a tener esta oportunidad; pude aprender mucho para acompañar a los niños, hasta hacer funciones de títeres”.

Finalmente, reconoce que a través de los programas sociales “pude avanzar, capacitarme, desarrollarme como persona y además, tener una ayuda económica que fue importante”.

Ahora, podrá demostrar todo lo que aprendió y por lo que se esforzó.