Ante la pandemia de COVID-19, el Estado provincial ha extremado recursos para garantizar la seguridad alimentaria en los barrios vulnerables y para ello ha sido de vital importancia la articulación con organizaciones, además de los dispositivos que dependen del Ministerio de Desarrollo Social, que conduce Gabriel Yedlin.
Irma Monroy es la referente de la Asociación Civil Los Lapachos, institución que desde hace varios años acompaña a los vecinos del barrio Juan Pablo II, también conocido como El Sifón. Es un espacio que desarrolla diferentes actividades, pero ante el contexto de pandemia, centró sus estrategias en la seguridad alimentaria, a través del comedor que allí funciona.
“Ahora trabajamos con 20 cocineras entre la mañana, la merienda y la cena”, cuenta Irma sobre el trabajo diario.
La comida se distribuye de lunes y a viernes, y en ese sentido, rescata la importancia de la tarjeta AlimentAR: “Les aconsejamos a las familias que tienen la tarjeta, que guarden lo que compran para los fines de semana; de lunes a viernes retiran su vianda del comedor”.
Monroy señala que “en el barrio, la mayoría trabaja de changarines, ahora no hay trabajo y nos ayudamos entre todos”.
Además, destaca el acompañamiento del Ministerio de Desarrollo Social. “Trabajamos con todas las medidas de seguridad, como barbijos, o guantes. El Ministerio nos colabora con elementos de seguridad, y no entran otras personas que no sean las cocineras”.
“Hay unas 270 familias que retiran la vianda. La tarjeta alimentaria ayudó mucho y nos organizamos con las mamás”, finaliza.